El juego nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida. Mediante el juego, aprendemos y desarrollamos destrezas cuando somos pequeños. Gracias a él, desde etapas bien tempranas, desarrollamos nuestra creatividad, mejoramos nuestro estado de ánimo y autoestima y conseguimos aumentar capacidades como memoria, agilidad mental, fluidez verbal, habilidades motrices… todo ello de una forma significativa, lúdica y experiencial.
Cuando el ser humano entra en la etapa de senectud, la necesidad de ocupación y recreación toma un papel fundamental para el bienestar físico y psicológico del individuo. Tras la jubilación, es de vital importancia ocupar el tiempo de manera productiva para que el ser humano siga sintiéndose útil, y qué mejor manera que hacerlo a través de actividades lúdicas que los diviertan, los motiven y les permitan disfrutar de su tiempo de ocio y de recreo.
Pero además, el juego, puede servir también para planificar un tratamiento rehabilitador individualizado en el cual, el paciente geriátrico puede trabajar capacidades físicas y cognitivas de una forma divertida y significativa.
En patologías que cursan con deterioro cognitivo como pueden ser el alzheimer, demencias, parkinson, infartos cerebrales… los profesionales siempre tienen a la mano herramientas indispensables como juegos de atención y memoria, juegos con elementos táctiles, juegos de orientación temporo-espacial, juegos de palabras, manualidades… Algunos de los muchos beneficios que conseguimos son mejora de las capacidades cognitivas, mejora de la atención, orientación temporo-espacial… Además, a través de los juegos se consigue que el paciente se divierta y se integre en un grupo si en las actividades participan más pacientes, mayor discriminación táctil y mejora del lenguaje, así como de la agilidad mental.
En el campo de la fisioterapia, para trabajar las habilidades motrices, también tenemos al alcance juegos con pelotas, circuitos con distintos obstáculos, juegos de propiocepción, juegos con aros y conos… de esta forma aumentamos la fuerza muscular, mejoramos la movilidad articular, el equilibrio, la propiocepción, la coordinación. Si además los juegos se hacen en grupo, se fomenta la socialización y el trabajo en equipo, se disminuye el estrés y se mejora el estado de ánimo y la autoestima.
Por todos estos aspectos, y muchas bondades más, el juego es una herramienta terapéutica indispensable a tener en cuenta en el periodo de senectud y, de la misma manera que en los ámbitos de educación y atención temprana, las TIC y la posibilidad de adaptar juegos y recursos con herramientas tecnológicas, conlleva múltiples beneficios.
María Munera Picazo
Diplomada en Fisioterapia por la UMH
Diplomada en Enfermeria por la UA (nºcol: 14222)
En referencia a la entrada de hoy, el instituto tecnológico del juguete AIJU, tiene publicado un documento sobre la importancia del juego en personas mayores: Juegos de mesa y personas mayores.
AIJU también inició en 2008 un ensayo sobre los beneficios de los juegos digitales terapéuticos en personas mayores.