Casti.io, recursos para educación y atención temprana

Ya hemos hablado en alguna entrada sobre la importancia de favorecer la interacción de los alumnos con el medio que les rodea y su participación activa en el proceso de aprendizaje a través de las herramientas multimedia aumentando el nivel de interactividad de las mismas.

Pero ¿qué es la interactividad? Existen múltiples definiciones al respecto de este término y con matices diferentes según el campo de aplicación y el autor. Para entender bien el concepto es necesario recurrir, en primera instancia, a la definición que da la RAE (Real Academia de la Lengua Española) y tener en cuenta que es un concepto que data de hace poco tiempo y está relacionado con la evolución y el desarrollo que han tenido las nuevas tecnologías de la información, la comunicación y la informática en los últimos años.

La RAE vincula el término interactividad con el sustantivo interacción e inexorablemente, con el adjetivo interactivo. A su vez, especifica dos acepciones:
1.    adj. Que procede por interacción.
2.    adj. Inform. Dicho de un programa: Que permite una interacción, a modo de diálogo, entre el ordenador y el usuario.
Si atendemos a esta última acepción entenderíamos que la interactividad es la posibilidad de establecer un diálogo entre la información digital y la persona. Es decir, una comunicación bidireccional entre el dispositivo y el usuario.

Desde el departamento I+D+i, Casti.io se acoge a esta definición más pura del concepto con el objetivo de diseñar y desarrollar recursos, materiales y herramientas multimedia capaces de ofrecer el nivel máximo de interactividad para favorecer el desarrollo de los niños de forma global.
Consideramos de vital importancia ofrecer recursos innovadores con capacidad de facilitar la comunicación y la interacción a aquellas personas que, por sus dificultades no pueden hacerlo adecuadamente. ¿Por qué no aprovecharnos de este concepto y ponerlo a su servicio para que, según sus capacidades, sean sujetos activos del proceso? Sólo habría que adaptar los “dispositivos de entrada” a las necesidades de cada persona.

Sin embargo, desde el departamento de asesoramiento pedagógico Casti.io es consciente de que, para un óptimo aprovechamiento de este tipo de recursos innovadores, los profesionales han de mediar en la construcción de otro modo de pensamiento y  reinventar una nueva arquitectura de los saberes.

En esta era digital y tecnológica en la que estamos inmersos, no sólo podemos prestar atención a la interactividad que nos ofrecen las herramientas multimedia. Tal y como menciona Palacios, los materiales interactivos desempeñan un papel crucial en el desarrollo de las competencias deseadas para el alumnado (Palacios et al., 2002) pero para adaptarnos al cambio sociocultural y transformar la educación hacia el modelo interactivo que se está dando en todo el mundo hay que plantear la búsqueda de otros modelos y propuestas pedagógicas.

Nuestra colaboradora María José Estevan Céspedes nos contaba en su entrada que “el motor del cambio está en nosotros mismos”, en cada uno de los profesionales que tenemos la suerte de dedicarnos a la educación y de poder acompañar a nuestros alumnos en su desarrollo y formar parte de su proceso de aprendizaje. Nosotros mismos somos los que tenemos que impulsar el cambio hacia un modelo pedagógico capaz de incorporar el concepto de interactividad al diálogo que se establece entre educador y educando.

Todavía está patente en las escuelas el modelo de pedagogía de la transmisión, un modelo caracterizado por la unidireccionalidad o, en algunos casos la pseudobidireccionalidad, que establece una división entre emisores y receptores y donde el feed–back no deja de operar como un refuerzo del emisor. Para Tapscott (2010) el modelo pedagógico que se pone en práctica aún hoy, fue proyectado para el contexto de la sociedad industrial cuando la industria precisaba de operarios que hicieran lo que les era requerido en un proceso de producción fragmentado y en serie. Un modelo caracterizado por el aprendizaje de masas, centrado en el profesor y no en el alumno, estandarizado, individualista y con una sola instrucción: aprender sobre algo. Mantener este modelo nos impide hablar de innovación y escuela interactiva por mucho que proveamos las aulas de ordenadores, tablets, PDI e internet.

Para hacer un óptimo uso y aprovechamiento de los materiales es necesario aplicar también un modelo de comunicación y relación interactivo con los alumnos; una pedagogía interactiva caracterizada por el aprendizaje interactivo, experiencial y colaborativo, siguiendo un modelo centrado en el alumno, personalizado y que le dé la oportunidad de convertirse en sujeto activo a través del descubrimiento: aprender a ser.

Estamos convencidos que el cambio es posible si unimos innovación, tecnología, comunicación y educación y mantenemos el concepto INTERACTIVIDAD como nexo común. Casti.io apuesta por crear aulas interactivas en las que se aplique un modelo pedagógico interactivo que fomente la comunicación interactiva y utilice recursos y herramientas tecnológicas interactivas ¿y tú?

“Sólo participando, involucrándose, investigando, haciéndose preguntas y buscando respuestas, problematizando y problematizándose, se llega realmente al conocimiento. Se aprende de verdad lo que se vive, lo que se recrea, lo que se reinventa y no lo que simplemente se lee y se escucha. Sólo hay un verdadero aprendizaje cuando hay proceso; cuando hay autogestión de los educandos” (Kaplún, 1998).